La escritora manchega y autora de best sellers de garantía María Dueñas firma una reciente serie que ha estrenado en nuestro país Prime Video y que es una troquelada ficción de la mexicana Televisa. Tal como sucediera con La Templanza, Los artistas: primeros trazos une asuntos e intérpretes de allí con situación y actores de acá. Un compendio de arquetipos de uno y otro lado del charco con visión internacional:en este caso, crear un producto popular con el que se identifique los públicos latinoamericano y español.

Es una comedia romántica con tintes de intriga de lo más convencional para que sea efectiva. Es entretenida, lo que ya es bastante en estos tiempos de ficciones amontonadas y adocenadas por las plataformas. Dueña traza una serie simpática aunque peque de ramplona y por eso sus protagonistas deben ser muy conocidos y queridos (o suspirados) por la audiencia, como Maxi Iglesias y la mexicana Ximena Romo. Desde el primer momento se suceden las escenas de lucimiento para la pareja y el coral reparto.

El argumento gira en torno a dos treintañeros con sentimiento de fracaso que se alían para perpetrar ventas a incautos con falsas obras de artes o cuadros de mala calidad. Todo con su tensión sexual, nada que ya hiciera Cary Grant con sus féminas, aunque el británico gozaba de una desbordante vis cómica de la que adolece nuestro paisano. También Pierce Brosnan encarnó al suplantador Thomas Crown y hasta la visión reciente, y cuestionable, de Lupin en Netflix, con Omar Sy sigue los mismos mimbres.

Los artistas: primeros trazos es de una de esas series que se deja ver, como los libros de María Dueñas, que se dejan leer. Si no aspiran a mucho más es porque no se pretende a conciencia.

Y también está la vertiente convertir la serie en un escaparate turístico de Madrid y Toledo. No hay localización exterior e interior (como el hotel Palace) que no pretenda invitar al espectador a que también se convierta en turista, lo que deprecia el producto en sí.