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La gran mentira que sufrió la docuserie 'La Transición'

Adolfo Suárez jura como presidente del Gobierno ante el rey Juan Carlos

Adolfo Suárez jura como presidente del Gobierno ante el rey Juan Carlos / RTVE

La serie documental La Transición tardó más tiempo en hacerse realidad que la propia la Transición política.

En TVE se pueden unir todos los factores en contra para que algo embarranque: censura, presupuesto, complicaciones internas y externas, bloqueos burocráticos. Para contar la historia de cuatro años estratégicos en 13 episodios el equipo de la fallecida Victoria Prego necesitó cuatro años de producción (del 89 al 93) y dos años de espera (hasta el 95). La Transición estuvo dos años, literalmente en un cajón. Vendrían los premios y reconocimientos tras su emisión (porque era una producción necesaria) pero a esta docuserie de la TVE tardofelipista se le pusieron todos los impedimentos posibles. Bien lo sabía la propia Prego que al poco se marchó hastiada de la cosa (casa) pública.

La Transición se estrenó en pleno verano, por la Segunda Cadena, los domingos a última hora de la tarde. Si la hubieran querido esconder un poco más la ponen detrás del concierto matinal. Y menos mal que hablaba de un logro colectivo.

La figura fundamental para que esta Transición televisiva saliera adelante estuvo en su realizador, y a la vez creador y director del proyecto, Elías Andrés, que terminaría siendo marido de Prego. Si él no da la cara, para que se la partieran, la costosa serie documental (había que contratar muchas imágenes en archivos de todo tipo) se habría quedado por el camino, como tantos valiosos proyectos. Por eso habría que preguntar hoy: ¿Veremos algún día una serie documental, provechosa, objetiva, que nos cuente con sinceridad la Guerra Civil? ¿O sobre nuestro futuro medio siglo en democracia? ¿O del subsuelo de nuestras instituciones? ¿De los años de plomo de ETA, su agonía o cómo ha seguido viva como el fantasma adolescente que es?

Como tantos acontecimientos de nuestra Historia reciente, como la misma Transición, habría que tener arrojo para contar qué ha sido de nosotros a lo largo de todo este tiempo mientras que se destina dinero público a contenidos diarios de usar y tirar

Como sucedió con La Transición, que ahora todo el mundo alaba y que parece que fue lógico y obligado producir, hay muchos temas delicados (o no) que merecerían un calado profundo, un presupuesto y un riesgo que desde la parte pública parece improbable que se vaya a asumir. Ahora sólo hay dinero para hacer documentales de instagram en la Moncloa.

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