El ácido alendrónico es un medicamento que pertenece al grupo de los medicamentos no hormonales que se llaman bisfosfonatos. Se receta para el tratamiento de la osteoporosis posmenopáusica, que produce el adelgazamiento y debilitamiento de los huesos y de no tratarse puede resultar en huesos rotos. Este medicamento reduce también el riesgo de fracturas en la columna vertebral y la cadera.

Esta dolencia es frecuente en mujeres después de la menopausia, puesto que deja de producirse estrógeno que en parte ayuda a mantener sano el esqueleto, llevando a un mayor riesgo de osteoporosis.  

¿Quién no puede tomar el tratamiento?

El tratamiento con ácido alendrónico está contraindicado para personas que:

• Tengan alergia a este fármaco o a alguno de los ingredientes del medicamento.
• Tengan ciertas alteraciones en la garganta, como estrechamiento o dificultad al tragar.
• Tengan esófago de Barret (una enfermedad asociada con cambios en las células de la parte más baja del esófago). 
• No puedan permanecer de pie o sentadas al menos 30 minutos.
• Tengan bajos niveles de calcio sanguíneo.

Por otra parte, es importante consultar con su médico otras dolencias y afecciones, así como los tratamientos o medicamentos y complementos habituales con o sin receta que sigue habitualmente, para poder tomar las mejores decisiones de cara al tratamiento de su osteoporosis.

Su médico le indicará también el tiempo del tratamiento y cómo debe tomar las pastillas de forma adecuada para que no pierdan eficacia.

Posibles efectos adversos

Como todos los medicamentos el tratamiento con ácido alendrónico puede hacer que algunos pacientes presenten efectos adversos. Algunos de los que aparecen con frecuencia son:

• Dolor abdominal.
• Molestias relacionadas con la digestión.
• Estreñimiento.
• Diarrea.
• Dificultad al tragar.
• Flatulencias.
• Sensación de plenitud o de hinchazón de estómago.
• Dolores óseos.
• Dolores musculares.
• Dolores articulares.
• Dolores de cabeza.

En algunos casos los efectos secundarios son leves, mientras que en otros pueden presentarse casos que pueden llegar a ser graves como irritación o úlcera del esófago, que causa dolor torácico, ardor y dolor o dificultad al tragar. 

Independientemente del tipo de síntomas es recomendable acudir al médico e informar de  las reacciones adversas, estén o no listadas en el prospecto del medicamento, en el que además pueden consultarse el resto de efectos adversos y su frecuencia.