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Demodex, el ácaro que vive en tu piel y que podría ser el causante de tus rojeces

Piel con rojeces

Piel con rojeces

En nuestra vida diaria convivimos con multitud de otros seres vivos, muchos de ellos invisibles para el ojo humano. Quizás uno de los más conocidos son los ácaros, especialmente los del polvo, puesto que provocan alergias, aunque no son los únicos que pueden afectar a la salud humana.

El ácaro Demodex Folliculorum

Otro ácaro que vive mucho más cerca de lo que se puede esperar es el Demodex Folliculorum, también conocido simplemente como Demodex. Este ácaro puede vivir en la piel humana, habitualmente en el interior de los folículos pilosos del rostro, en los que se alimenta de grasa que secretan las glándulas sebosas. Por ello su presencia suele ser mayor en las zonas de la frente, la nariz y las mejillas, donde hay una mayor presencia de estas glándulas de las que el ácaro Demodex consigue su alimento.

Este ácaro se desplaza por la piel, dañándola en el proceso y causando irritación en las zonas en las que vive. Sin embargo, como indican desde la Clínica Eguren de dematología, los problemas comienzan cuando se produce un sobrecrecimiento de estos ácaros en la piel, algo que puede ser favorecido por varios motivos. 

Como indican desde la clínica, es habitual relacionar al Demodex con el acné y la rosácea, pero no siempre aparecen por su presencia, sino que el ácaro puede causar otra enfermedad, la demodecidosis.

Según indican desde la Clínica Eguren, las pieles afectadas por este ácaro se caracterizan por tener los siguientes síntomas:

  • Gran sensibilidad en la piel
  • Irritación que empeora con la exposición solar y en ambientes cálidos.
  • Pequeños granitos de color rojo.
  • Enrojecimiento de la cara.
  • Eritema (lesiones cutáneas) persistente asimétrico.
  • La función barrera de la piel está debilitada.

¿Cuáles son los posibles tratamientos contra el ácaro Demodex?

En caso de presentar problemas cutáneos por culpa de este ácaro, el dermatólogo puede pautar un tratamiento con fármacos antiparasitarios (como la permetrina y la ivermectina). 

También se pueden realizar cambios en los hábitos de cuidado de la piel, para tener una rutina de higiene y exfoliación que limpia los preso y favorece que estos no queden obstruidos por la grasa de la que se alimenta al ácaro.

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