El mundo del fútbol británico quedó conmocionado el 9 de junio de 2020 cuando saltó la noticia de que un joven canterano del Arsenal, Dniel Cain, había sufrido graves daños cerebrales después de consumir una bebida 'intoxicada' en una fiesta. Los allí presentes explican que mientras estaban de fiesta, los amigos del joven se dieron cuenta de que, tras consumir la bebida, algo comenzó a ir mal y apreciaron como la piel de Cain tomó un ''color extraño''. Lo que vino después fue paro cardíaco que lo dejó en coma durante 25 días. Su bebida fue adulterada", asegura su hermana, aludiendo a que otra persona habría echado alguna sustancia, aún sin determinarse, sin el consentimiento de Daniel. La ex-promesa del deporte, quien había jugado para varios equipos como aficionado y pasó por una academia de desarrollo relacionada con el Arsenal, ahora tiene 23 años y es completamente dependiente. Necesita asistencia para salir de la cama, para ir al baño y se alimenta de manera asistida.
Después de un titánico esfuerzo de 24 minutos, los servicios de emergencia lograron que el corazón de Daniel Cain volviera a funcionar. Sin embargo, durante ese tiempo el cerebro y la médula espinal del joven habían estado sin oxígeno, lo que ha resultado en secuelas extremadamente graves de las que aún no se ha recuperado.
Sin embargo, la madre del futbolista explicó que "fue un milagro. Cuando se despertó no podía hacer nada, no podía moverse, era como un recién nacido, pero las enfermeras dijeron que los estaba siguiendo con los ojos, así que dijeron que había alguien allí", declaró Tracey Cain, madre de Daniel, a 'The Independent'.
Este trágico incidente es un recordatorio del peligro que puede representar el consumo de drogas y alcohol en fiestas y eventos sociales. Los jóvenes pueden sentirse tentados a experimentar con sustancias peligrosas, así como a ser 'intoxicados' con sustancias en este tipo de fiestas, una práctica cada vez más común. Por ello, es importante la la responsabilidad social. Los anfitriones de fiestas y eventos sociales tienen el deber de garantizar la seguridad de sus invitados, lo que incluye asegurarse de que no se les ofrezcan sustancias peligrosas o intoxicadas.
Una mejora 'gradual'
La hermana de Daniel Cain explicó que el diagnóstico inicial era que no sobreviviría o, en el mejor de los casos, lo haría con daños cerebrales irreversibles. Cuando finalmente despertó del coma, se había quedado tetrapléjico y había perdido la memoria a corto plazo, aunque recordaba episodios de su infancia, según afirman su hermana y su madre.
Desde entonces, desde el verano de 2020, ha pasado por cinco hospitales diferentes y finalmente regresó a casa en diciembre de 2022, donde permanece en silla de ruedas y necesita atención especializada las 24 horas del día debido a su limitada movilidad en la parte superior del cuerpo. A pesar de ello, su madre, Tracy Cain, afirma que ''está regresando gradualmente y está mejorando todo el tiempo. Su memoria a largo plazo, cosas de la infancia, todavía recuerda todo eso".
La familia de Daniel Cain ha recurrido al tratamiento de rehabilitación de Neurokinex con la esperanza de que pueda recuperar la capacidad de caminar. Sin embargo, este tratamiento es bastante costoso, ya que la familia tiene que pagar 68 euros por hora, lo que equivale a más de 2.200 euros al mes. Así, según el plan diseñado por sus entrenadores, se espera que el deportista necesite al menos de 3 a 4 años de rehabilitación completa, lo que supone un costo total estimado es de alrededor de 113.000 euros.
Sin embargo, gracias a la campaña que ha lanzado su familia a través de GoFundMe, ya se han recolectado más de 70.000 euros. A pesar del desafiante camino que tiene por delante, con la ayuda de esta organización especializada en rehabilitación y terapia física, Daniel pueda recuperar la capacidad de usar sus piernas y conseguir una independencia vital.
Otros daños irreversibles de las drogas
Las drogas pueden causar daños irreversibles en el cuerpo y en el cerebro. El consumo prolongado de algunas drogas puede afectar la función cognitiva, el sistema nervioso y otros sistemas corporales, lo que puede provocar problemas de salud a largo plazo e incluso la muerte.
Por ejemplo, el consumo crónico de drogas como el alcohol, el tabaco, la cocaína, la metanfetamina y los opioides puede provocar daños irreversibles en el cerebro, como disminución de la memoria, problemas de atención y concentración, ansiedad y depresión. En los casos más graves, puede interrumpir el flujo de nutrientes que necesita el tejido cerebral, daño directo, lesión o muerte de las células cerebrales, privación del oxígeno al tejido cerebral o alteraciones de las concentraciones químicas del cerebro como los neurotransmisiones y las hormonas. Todo ello puede conducir a la muerte cerebral o la parálisis cerebral.
Además, el abuso de drogas también puede afectar el sistema cardiovascular, el sistema respiratorio y el sistema inmunológico, lo que aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, cáncer y enfermedades infecciosas. En este sentido, el consumo de sustancias se ha relacionado con una mayor probabilidad de padecer problemas de hígado, estómago, pulmón, piel y sistema urinario; VIH, hepatitis, tuberculosis y problemas de salud mental.
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